No subas.
Estás loco, arriesgo vida para
seguirte.
Si subís nos matan
Sofía tiró el escaso equipaje, lo
tomó de los brazos; Simón no tuvo reacción, lo inclinó hacia ella. Se apretó a
su boca. Estrategia.
De lejos se olía pasión, desgarro,
desesperación, “danger” decía el cartel luminoso, arrancaba el tren. Se
arrancaron del abrazo.
Ella y su disfraz, modelo de alta
costura, quedó mustia, desconcertada. Intolerante por dentro, a qué se enfrentaba
ahora, se preguntó en un andén vacío, gris anochecido.
El hombre que la vigilaba sombra,
sonrió; era malo el dato que me vendieron, sólo son dos comunes cobardes de
amor o quizás el vendido soy yo.
A Simón también lo controlaban aunque
vestido tan exquisito hacia dudar que fuera él. No le fue difícil, sabía quién
miraba, se escabulló en la primera estación de un pueblo habitado en su mayoría
por gente de su raza negra.
Los dos eran militantes de un país medio
isla del caribe, llegaron con la misión de presentarse como eruditos de la moda
en un canal líder de este país, que ejercía su poder sobre ellos. Denunciarían,
reclamarían e informarían que su pueblo no quería ser adjunto, aún cuando a los
ojos del mundo eran beneficiados desconociendo bloqueos, imposiciones de
comercio y bases navales contaminantes por sus secretas actividades.
Toda tierra anexada, como la suya en
esas condiciones, los imponía ciudadanos de segunda ante quién excusaba
patrocinarlos para darles más oportunidades. Mano de obra barata eran, puertos
y hombres tomados eran. Punto estratégico eran.
Sofía tomó otro tren en dirección
contraria antes que su guardián viera la jugada. Si los habían descubierto,
alguien los había vendido. Había que deshacer el plan. El problema: cómo salir de allí o enredarse a todo sin
simulacros. La traición allí se paga con una bala, lo sabían ambos; pero lo que
les martillaba era ese beso en el andén superando la maniobra. Nunca se habían
visto, la operación lo requería.
A días, salieron con sus ropas
rutinarias de siempre; pero no al lugar de siempre, dónde reciclaban planes con
otros. Hicieron lo contrario, sin ponerse de acuerdo se metieron en el centro
de la boca del chacal. Lo sabían. Cada uno hizo llamados a la prensa extranjera,
citándola frente al máximo organismo oficial que los subordinaba.
Se sorprendieron al verse, se
entendieron en las pupilas, Dijeron a corresponsales del mundo todo lo que
querían decir. Aún después de las dos balas certeras, lo sabían, se
arrastraron, se besaron.
Luego las fotos y los titulares. Los
diarios oficialistas anunciaron: Fracasó atentado de dos terroristas armados,
fueron arrasados antes de que dispararan contra la prensa extranjera.
Los diarios extranjeros informaron:
Frente a nosotros fue ultimada una pareja de militantes por la independencia de
su país. Unidos, denunciaron su lucha y
su intenso amor, así murieron: en coraje, en beso.
fotografia de annie leibovitz
6 comentarios:
Doloroso.
La lucha de mucha gente se esconde silenciosamente mientras el enemigo manipula. Me gusta esa forma de decir que tienes.
Saludos
Que buen relato amiga, confieso que hace mucho no te leía,pero me sorprendiste con esta historia mezcla de drama, intriga y un amor más allá de las consecuencias.
Pones de manifiesto tu sensibilidad de mujer. Hermoso...
Un gran abrazo.
colombina
el cuento y la realidad siempre tienen algo de ternura, de lucha, de dolor y amor por que no?
nel morán
gracias por leer, es cierto lo que referís sobre los que luchan y los que manipulan,por eso no se puede callar
saludos
luis molina
uffff, que lindo lo que decís; es lo que se intenta al escribir sorprender,primero a uno mismo y si se logra con el lector doble recompensa
cariños amigo
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