lunes, 4 de enero de 2010

La mala opción







Esa mala hora de venirse. Corriendo el último tren a los suburbios. El trabajo, el frío, el desabrigo; el deseo de mirarla otra vez.

Desteñida, fugaz; la vio subir al primer vagón.

Creyó llegar, buscarla; y al arranque del tren, en el andén, la divisó abrazarse amante con otra mujer.

Esa mala hora de venirse.

Quizás debió quedarse, dormir con Juan y consentirlo.




( mis respetos al libro de García Márquez “La mala hora”)

2 comentarios:

Luis dijo...

Siempre hay una hora y un momento inoportuno, per siempre hay una hora y un momento en que lo oculto deba dejar de serlo.
Un abrazo.

mabel casas dijo...

exacto Luis!!
solo que a veces no reconocemos ese punto de quiebre
pero tiene que llegar...buscado o causal
la hora señalada dirían los del norte de la américa...
abrazos