sábado, 31 de diciembre de 2011

perro de circo











Estaba confundida o quizás era la mayor circunstancia dual y cruda que le tocara los huesos .Por eso se fue .No contó que su propio tornado la aspiraría por la cabeza.

No la encuentran . Anda entrecruzada de tendidos cables de luz tocando estrellas, siendo una.

Tiene dos chances. Que la rescate su viento o el perro pueda encontrarla .

Ella teme.

No dar tiempo y reingresar a la tierra como barro de nada caído

lunes, 5 de diciembre de 2011

Bar de desayuno.















Movimiento y Buenos Aires.

Atestadas las mesas, trajín para servir a tiempo, evitando desprecio de los clientes. Por eso corren los mozos elegantes, apenas la vestimenta los diferencia de lacayos negros del siglo pasado. Gritos murmullos, pulsación de cucharitas hablan de la tensión y el apuro estresado de quienes pretenden un paso caliente antes de entrar en los edificios de alta gama. Oficinas -lobbies de multinacionales y monopolios.

El bar también lo es, allí se cocinan negocios, traiciones, espionajes, robos de mentes y las tan codiciadas cadenas de favores.

Entre las delicatessen de las vitrinas y el vaporoso café de las máquinas; sólo marketing en las palabras, bolsa, exportaciones, lavados de dineros, euros, dólares, aún en las propinas. Hay que mostrarse ejecutivos.

Una mesa desentona, vacía, un café humeante sin tocar, el cuadradito de azúcar envuelto en papel importado sin abrir, la cuchara impecable y en el plato de al lado: diez euros y cuatro o cinco monedas.

Alguien ha dejado el círculo del juego, una historia con escalones cortados.

En la cocina del bar, Verónica se saca el uniforme, renuncia. Su aire de rabia y sus palabras tensadas en los dientes (turro, turro) le impiden dar explicación.

Afuera subiendo a su BMW un él, que había abandonado el café; pensó: con diez euros conformate. Buenos aires espera hacer guita, no hijos de meseras.

Cuando Verónica salió derrumbada, a las dos cuadras encontró el accidente. Murió decían, lo destrozó escuchó. Vió el BMW, en que varias veces saliera con su dueño. La había enamorado. Ella suponía que la escala social podía ser ascendida. Trabajaba horas extras, aguantaba el trato de “trata”, por eso creyó que él era como ella y la quería por esto de superarse. Lo veía siempre apresurando y machacando sus esfuerzos en transacciones de trabajo.

Pensó rápido, se mató. Fue por mí. Por lo del hijo posible, ante el test del que le hablé, me haría. Se paralizó en su bronca. Se acercó pero no quería verlo muerto, antes si, ahora, ahora no…

El auto no servía más, no tenía seguro (el sólo tenía su fachada). Lo vió en un extremo de la esquina llorando, reducido a una piltrafa nada humana. Repetía mi auto, mi BMW, era como un hijo…

Verónica recuperó la rabia, le tiró los diez euros a la cara y cada moneda dejó su marca.

Más tranquila, por la tarde, hizo el test de embarazo, Nada de rayitas, no tendría , se dijo en paz con ella misma, un hijo del dinero. Su próximo trabajo sería un ambiente agradable sin codicias.

Hay incomparables calidades para desayunarse desde lo interno.



domingo, 20 de noviembre de 2011

Terminación a mano










“Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo,

contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena,

porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.”

E. Galeano, “Los caminos del viento”.


Cuatro paredes Dionisio. Techo, puerta y hueco de ventana, una lona. Pisos tierra apisonada.

Chapuceó sin saber; pero la levantó: su casa.

Los primeros meses de verano, la habitó y trajo a la Justina con los críos. Perdieron uno por

mucho mosquito le dijeron :dengue, los esteros estaban a las orillas. En otoño tanto viento, la paja que hacía techumbre se escapaba cada día, difícil encender el fuego así y peligroso. En invierno, lluvias frío granizo: adentro.

La Justina se fue al pueblo colocó los niños en un hogar asilo de la iglesia y ella se empantanó aún más como sirvienta todo quehacer con cama.

Dionisio se cargó todas las culpas, cedieron las paredes de barro, rebalsó el estero. La quinta y los animales desaparecieron. Hice todo mal, mal hecha la casa…mal hecho yo. Y se alejó sin rumbo.

Muchos años pasaron, Justina visitaba a sus hijos cada semana los sufría lejos de un plato de comida juntos cotidiano; había intentado rehacer su vida con un peón de las tierras de sus patrones, la violentaba y machucaba, no sabía como huir, mal hecho él, mal hecha yo; se decía. Hasta que casi perseguida por la muerte desapareció del pueblo. A Las leyes les faltaban protecciones de género, y a los gobiernos protecciones de educar y crear conchabos. Un semimposible matener familia así.

Los hijos llegaron a mayores, algunos bajo el odio y los motes de mal hecho para siempre(a veces rigideces pletorianas de la iglesia en lugar conservador; no saben o no quieren reciclar en la terminación de construir al humano y restaurar lo mal hecho que le van dando los reveses). Ellos aquellos niños vírgenes, no llegaron a ser; fueron quedando en muertes y caminos tristes. Hubo uno. Que en la misma sensación de no ser, quiso montarse a la vida siendo. Logró emplearse de albañil, le gustaba la construcción, Braulio siempre había pensado que su padre sin saber nada había levantado aquel hogar de juntos familia y que la casa era la mal hecha, pero por no saber, no por designio ni desidia…

Aprendió, su patrón, era un hombre digno y solidario, le enseñó lo apoyó para estudiar. Ahora era maestro mayor de obra. Así supo que en su provincia había que anotarse para que le otorgaran un terreno fiscal: lo logró.

Levantó una casa placentera, mínima pero necesaria, fuerte, con ventanas que abrían y cerraban, con vecinos tierra alta. Le faltaba tiempo, se consideraba bien hecho ahora, bien hecha su casa.

Estaba por terminarse en hechura a sí mismo.

Las encrucijadas de ser y lograr creer, pensar que vale la pena no desecharnos; lo hicieron seguir su lucha con una familia propia, fundada con la Casilda, que se continuará haciendo, nunca mal por decisión propia.

Ilusionaba, que en algún tiempo de primavera lograría su mayor deseo bien hecho…encontrar a Justina y Dionisio; y juntos lograr un mejor hecho para sus hermanos.

Sabía que no todos lograrían terminarse hechos completos; pero nadie sabe como empezar, nadie tiene las mismas inclusiones ni exclusiones al nacer, y ahora sería él solidario; por mostrar que el barro se puede moldear en ladrillos, en el cuerpo y en la lucha por completar una cabeza con brotes de representaciones nuevas. Era su porfía. Ya tenía dos hijos y no cesaba.






epígrafe: texto completo de galeano :http://rebelion.org/noticia.php?id=113031


lunes, 14 de noviembre de 2011

Alquimia







Llegó vacío de sus movimientos interiores ,a la esquina de madrugada. El aire fresco y un sol como sombrero lo hacían sugestivo .Además de solo entregarse a él , pájaros tempraneros penetraban seductores y solo bastaba dejarse llevar . Desaparecía el tiempo...solo gozar la mirada...irse en su vaivén...

El acto consumado logró la magia , volvió a acercarse a otra esquina de destino .

Solitario siguió su recorrido .. .mi colectivo esta mañana...



lunes, 7 de noviembre de 2011

De dos, y lunas locas











Juana y Roque eran extraños , no habitaban en casas separadas ni juntas ; merodeaban cocinas mutuas ,libros , mate ,cuartos donde los bártulos estaban construidos de palabras y las letras flotaban entre las cortinas.

Empezaron por los martes ,in cuerdos de amor , después ella hacía crucecitas de los días de almanaque y él aprendió a detectarlos . A veces los accidentes viales eran ineludibles ,chocaban autos ,colectivos nunca por suerte un tranvía; hubiese sido insólito por que nunca vivían pasado ; de las colisiones sucedían espacios mustios que ni verse que el orgullo que distintos ,que dolían.

Tenían un secreto ,tenían un amor algunas noches ;tenían imanes al derecho ,al revés y viceversa.

Tanto cántaro en la tinta se conocían escritos ,callados ,calientes ,hielos ,carcajada ,beso ,bronca ,en triste ,en venidas ,en depre ,en sonrisa y en huídas.

Llevó nueve lunas la experiencia ,fue un sábado el simulacro despedirse .Algo lloraron , a escondidas mucho .O tal vez era ficción y venían los aplausos ; sospecha de repetir puesta en escena ante el placer que sentían de cruzarse.

Lo sorpresivo fue la gestación : después de las nueve lunas indudablemente medio locas , nació un tronco como fruto de aquel amor extravagante.

Ella había deseado y él asombró simiente .

Nadie supo nunca el origen del extraño vástago , que ella acuna desde la ventana.




imagen :grete stern

lunes, 24 de octubre de 2011

Rebelión












Continuamente el pueblo repetía nacimiento y muerte.

Ella era pálida-atrapante mujer de sus calles.

Ese día tomó aquel ángel protector de su infancia, se vistió de su último goce y negó entregarse.

Todavía le quedaba nacimiento para no repetir su muerte.




lunes, 17 de octubre de 2011

Inicio y posdata


" hasta la soledad de esa mujer, no se abre camino nadie..."

Laura Restrepo




En un cuerpo de seda, todo era más fácil. Sin arnés. El equilibrio era una mera rutina de alpinismo. Jamás la obligación de ser topo en subterráneos con carteles extranjeros y combinaciones ambiguas.

Ema sabía quién era, con sus dudas y deseos. Era abanico de su carne y pensamiento, inquieta en búsqueda y silencio; consciente y convencida de que entregaría su aire a brisas en nítido, sonora y crédula.

Ilusa Ema. Socavada Ema.

Abaniquera. Agitada deseada, deseante.

P.D:

El túnel fue corto, oscuro estrecho.

Su puntilla al borde del desnudo supo bambolearse, supo entregarse. Luego aprendió.

La mentira representa muy bien su personaje. Se traga el aura y en el medio del ir y venir, se abre en topetazo, te cruza la cara y te roba tu seda de abanico y la creencia.

Es apenas, ahora, un papel plegadito que se cuida de los fósforos.

domingo, 18 de septiembre de 2011

mea culpa colectiva













Musiquita.
Como rosas del siglo pasado llovía desde algún misterio; poniéndole violines y caminos de piano a las miserias de vereda, remendada y vestida de luces por “obra y gracia” de un jacarandá. La pachamama no resta por cuánto vales.
No sale de una casa tomada, no, Cortázar hablaba de otra cosa y sin embargo una coincidencia: no es ni anónima ni mágica. Viene de unas latas debajo de la autopista, sólo un tiempo de rincón, sin dádivas como mala palabra.
Un puñado de seres sin nombre, apodos apenas, pocos años apenas y un equipo reproductor caqueado. Muchas bocas para una bolsa aspirada, para una ficha cualquiera de muerte.
Pero ahora que tampoco nadie los ve, la musiquita dulce como cuna, brota allí con sabor de chocolate.

Después un “trabajo” el miedo y el odio fumado, el riesgo que se busca cuando la vida no se festeja al nacer ni recibe mirada; parida en violencia de los que ignoran fingiendo. Mentira el trabajo, mentira la escuela, mentira la infancia. Verdad, que nacieron buena gente. Verdad los narcos y la riqueza de los que contaminan. Verdad.
Ellos los de la piedra de latas en el medio del pecho, con la musiquita de niños con el fierro temblando y el fuera de control firme.
Sangran, expiran, eran oxígeno para el mundo a pique. Nadie los vió ni de muertos.

Aún llueve la musiquita y maldice el olvido de los niños vivos.



gracias Teresa Parodi por tu canción "esa Músiquita" y regalar tu voz a la par Mercedes Sosa
picar para oirla


Enlace

domingo, 11 de septiembre de 2011

En ráfaga del hijo









Se desdijo, me desdigo. A veces hay que hacerlo, sintiendo burlada la intuición, desdeñándose a uno mismo; por otra vez incrédulo.

Hay personajes que nunca logran sacarse las tinieblas. Negras y barro, aunque los vistamos de conejos blancos y se hagan los refundados de sí mismos.

La justicia ha apretado a veces, la venda demasiado fuerte. Ella legal, con amparos y trampas de interpretación, aplica artículos que dan escape. La otra, la ella social, por dolor de madre eterno, dando la lucha por sus hijos perdidos en turbios momentos de dictadura; sabiendo de manos negras y entuertos que se tapan con la sangre de corderos; para construirse de nuevo, se dijo madre de todos.

Ambas ellas, venda apretada.

La basura, genera gangrena, se mete en las cloacas del blanco conejo mentidor; tira adelante. Carcome y sigue. Y vuelve a matar en off, y vuelve a desaparecer un hijo. Aquel que murió primero por utopía, es ejecutado en perverso, en traidor, en verdugo, en hambrienta enfermedad de poder.

Por eso ella se retracta, como Eva, Abel fue su mentor, su mano de marcha, su dolencia; el que acabó todas sus lágrimas. En su nombre ella con otras se desmurieron, paso a paso, ronda a ronda, trabajo a trabajo hacia paridades sociales, desde aquella primera plaza. Para ser hijas de la memoria.

La segunda oportunidad, protege y abraza como el fuego. Pero hace cenizas de los Caínes que reinciden y burlan a quienes se les ofrendan como madres.

¿Parieron así otras incredulidades?,no, no quisiera desdecirme de nuevo.



domingo, 4 de septiembre de 2011

La pobreza consultora










¿Vale la pena buscar la “e” en el diccionario? ¿Un día con invierno?

Se me ocurre que aparecen enano / esperar, espiar, evolución/ esperar, encumbro, estadio/ esperar, Eva, eco / esperar, exposición, embarazo/ esperar, elefante, enrosque / esperar, energúmeno, embotar / esperar, eternidad / esperar.

Enésimas veces influyentes de esperar, complejas desabsolutas; aunque en sentido de reloj, instante que aparece indefectiblemente círculo perfecto. Efecto y causa.

Arenales en los que se pierde la esencia de uno hasta que quizás vuelva a empezar otra.

En tales atribulaciones ajenas, Safir esperaba en un consultorio médico, ¿vaya a deducirse que hacía con un pequeño adminículo y un palillo; donde parecía escribir, sajar pagos, rezar runas, ta te ti?: Era la prueba de la espera.

Mientras iban y venían, recetas, obra sociales y pacientes, celulares, toces y silencios que sólo parecían; por que ahí de fondo se oía una estación de radio que placía o agredía, es decir moqueaba folklore o ¡hablaba! En ese punto que se hacía notar caía grandota otra vez la Conciencia Espera.

Un nombre fugaz, tenía ella, sentada al lado de Safir; pensó en escribir sobre un escritorio vacío ahicito nomás; pero tan salvador, digamos borrador de ese punto no querido de sentirse demás en cualquier lugar.¿Qué estoy haciendo acá, dónde está el espacio de ser yo y no ermitaña?

¿Cómo de que otra cosa podía escribir? La música pasaba de la ternura del otoño a pesadeces de antaño. Hablaban de la tropilla y una rima absurda con la trilla. Entonces, cómo no colarse la mención reiterativa de la espera, el clavo de plantear su validez, el descifrar cuándo es paciente y plácido un niño. Cuando esperar asfixia, obsesiona, presiona no crea control del Hombre, la controla desde la mirilla de la celda; la descontrola desde la falta de lo justo; la plantea en todo el rito inútil de esperar sin el ritmo lógico de la vida.

Estudio, estadío, evolución, elevación. Elevar fluir navegar codearse musa, madre, primogénito o continuadora, en trascender hembra en copla, hembra en macho.

¿A dónde iba ella en su escribir, delira? Ah…se llama Eva, paradójico, patético, no sólo fugaz-

Vale más discurrir tinta, ojearse del papel, perderse a puro tumbo; (las interferencias son muchas) los bombos de la radio las puertas que se van las que vienen, la doctora que pregunta chistea, y ya va sultana, ya va fulano. Safir ya entró. Ella no. No, no puede ser tan litoral el paisaje prefiere el surero, la pone mejor en trance; sólo escucha “Molino viejo” y le gusta (medio imposible hablan mucho las sillas cercanas igual que el acordeón.)

Por ahí se cuela la canción “Al pajonal”, se dice si fuera Eva la del paraíso, que manzana ni paraíso; pajonal y tumbarse a olvidarse de cualquier espera incontrolable; conocerse cuerpo con Adán… coloquiar con Adán ¿para qué es “esto? Y no sé pero tibio tu roce con “esto”…Dulce,dulce el deseo cuando se descubre y se correlaciona saciándolo.


Y la puta, hay fichas y toces. Y yo vine medio sana. Me quiero ir igual.

Milito para sacar la espera del diccionario cotidiano; quiero el reírme y no antesala infinita; me voy; llegué en junio y ya será diciembre.


domingo, 28 de agosto de 2011

La roca







“no celarás la mujer del prójimo”


Guerrero el mar. Lo sentía resistir y venirse. Soy su hija, se decía,cunas de Tritón enarbolado fueron las nodrizas de Marina.

Nacer allí no se puede explicar, se crece enamorada, enarrimada con él; hasta que éste va reconociendo cada orilla de su desnudez. Ya era una mujer, no su hija.

Marina lo escribe, lo dibuja, lo canta y lo odia al fin.

Cuando se casó con Manuel, comprendió su obediencia a las mareas. Con un hombre como su marido, descubrió que era amar y convivir sin sentirse cautiva e invadida,

Pero cela el océano, espía, enfurece; maltrata a sus amadas.

Atrapó a Manuel, no lo dejó volver y anegó la casa en que vivían.

Ella se arrancó hasta su propio nombre: Marina. Desapareció.

En el fondo de su desierto, se afincó entre montañas, no, ellas no la celarían; las sintió sus hermanas. Les contó del líquido asesino, ella ya era una más. Ahora, Roca, su nombre.

Con el tiempo, convenció a sus iguales para desmoronarse juntas, rodar y acabar con el mar.

No habría más celos que violen al género, ni maten a sus amores.


lunes, 22 de agosto de 2011

El jardín de la luna











Junio es premeditado. Rabioso del hoy ecléctico. Desconcentrado.

No eran así sus reglas. A que pensar en el invierno se dijo Juana, que se sentía ella misma junio. Pensaba sí, en el otro hemisferio, el verano estaría en incertidumbre también. En bataholas. Como estamos los humanos, desordenados, igual que los amores líquidos.

Y entró sin alertas, sin despedirse del suelo de todos los días. Entró al túnel de las calamidades.

Vió señores de corbata firmando oro x glaciares, agrotóxicos x vida, papel diario x poder, familias x particiones, monopolios x hambre, tierras x originarios y más demasiado más.

Entre todos se vió a ella, una renegada, una sin fe, descreída de dioses, estados y justicia. Giraba de rodillas, giraba contra los suelos y los techos. Giraba vestida y desvestida. Parada y en el aire.

Una visión y cientas. La muerte, la locura, la implosión de las premoniciones, el conjuro de una vieja; el cansancio de la pachamama. Preguntas. O mi propio cansancio, Juanaaaaa. Se llamó a sí, se rogó que regresara a su silencio opaco poblado de rutinas, torturas y a veces una risa.

De pronto alguien dijo: “El jardín de la luna” y comprendió que junio devolvía el sol, que anunciaba frío, que le daba la mano. Le pedía con su luna abierta que plantara esas tantísimas semillas que guardaba en una caja. Ciento dieciocho días para la primavera y los brotes nuevos volverán a su lucha contra tanto tóxico, incluso en los amores.

Juana comenzó a desmenuzar la tierra, hizo los surcos; ovulo semillas y quizás un poco de resistencia nueva con otros que salieron del túnel. En ese jardín que estaba gestando copulada por junio.




título del cuento: gracias a una personita llena de luz

imagen: "el jardin de la luna" de suzana villaverde

domingo, 14 de agosto de 2011

Patagonia al sur.











La puerta verde estaba ahí.

Juan en su mente, daba vueltas desquiciadas y se repetía: la puerta verde estaba ahí. Sin saber porqué había llegado tan lejos o tan cerca de lugar de nacimiento.

De qué verde sus ancestros le hablarían, Allí no había apariencia que denunciara la existencia de color, ni de algo que lo hubiera tenido. No había nada.

Todo era un paisaje amorfo, sepia. Algún montículo, pura ciénaga interminable, agujas sobresaliendo sin engañar la vista. No eran resquicios de nada conocido.

En la urbana ciudad donde Dalia huyera hace años, los colores estridentes y el morboso movimiento violento de los nuevos motores humanos y de tracción, la hacían agacharse, taparse los oídos y retener ese fuerte vómito en desconcierto. En cuclillas intentaba abrazarse a la puerta verde que flotaba ente sus ojos.

Ambos, en distancia, concentraban y desmenuzaban su cordura, ninguno podía descifrar la obsesión de la imagen. Juan la buscaba, Dalia la tenía abstracta en su mirada.

No podían saber, que sus padres tapados de cenizas del volcán activo y cercano, hace años, habían sido obligados por supervivirlos; a dejar un paisaje que había sido un cuenco de pájaros y verdes, dónde hablaban todos los pasados más cerca del cielo y la montaña. Ellos eran gemelos aún en la panza de la madre.

Dalia a los pocos días recibió un mensaje de su hermano Juan “encontré debajo del sucio, una puerta verde con un cartel raído que tiene el apellido del viejo”.

Ella pensó en las flores de su mismo nombre, que la madre le contaba haber tenido alguna vez en aquel su primer hogar, como reventando primavera. Compró unos bulbos, Si la puerta aún conservaba el verde, había esperanza. No dudaba que ellos habían salido de allí. Cuántas cosas se habían perdido de su génesis allá en el sur. Hasta de sus propios padres vivos y luminosos.




imagen: "cerrada"por josé calmaestra juteau

lunes, 18 de julio de 2011

Esas cosas de la moda
















Le dijeron falta serotonina. Le gustaba lo natural.

Le dijeron hay alimentos que la producen. Pastas, dulces, pan.

Sin psicofármacos tan consumibles, se dijo.

Comió, comió, comió.

Mejoró obesa su depresión. Sin reconocerse en el espejo, no encontró su natural fisonomía.

Las hierbas eran su especialidad. No estaba más triste, reía todo el tiempo. Ignoraba ese otro cuerpo, no era suyo, sólo iba perseguidor con ella.

Sabía de las malas hierbas (le sentaba lo natural); feliz las juntó, preparó la infusión y convidó a ese cuerpo extraño que la perturbaba invadiendo su interior exterior.

Al fin llegó su necesidad, venció la depresión y murió ese cuerpo obeso.



imagen : "El cuerpo abandonado" de Silke Seybold

lunes, 11 de julio de 2011

Mediodía de sol / opaco







Iba con ella de la mano.

Un hombre oscuro rayaba la esquina con su inquietud.

La miraba sin perder el merodeo, sin perder la mano asida, que llevaba en inocencia pisando la hojarasca.

La risa, el ruido de la hoja, era otoño y el hombre oscuro crecía en ansiedad, aturdiendo la esquina.

Le hablaba de la urgencia, del viento, de la casita en espera y tironeaba de la mano que invitaba a seguir tras una hoja.

Le tensionaban los alertas, un ojo en cada lado. Un ojo en la dulzura, el otro en el peligro.

El hombre oscuro ahora cruzaba alterado de vereda a vereda; en aguarde o en asecho.

Al fin la alzó, abrazada a su único valor a preservar; rodeada del rumor de realidades abusando la ciudad. Entró en la casa. Giró la llave y saludaron a la música a los chiches al refugio.

El hombre oscuro se desvaneció en la esquina, bruta historia llevaba entre sus cejas. Hostil. Quizás premeditando lo ilegal, quizás por propia tragedia, más lejos de la esquina y de quines pasaban por ella. Portaba cara y condena.

Rieron de nuevo; pero no se borró en la abuela aquello que destilaba el hombre oscuro que se le quedó inquietando.

Esa sicosis urbana cundiendo como epidemia. Previniendo, preservaba.



lunes, 4 de julio de 2011

Hoy












La calle .Mis pasos el apuro en delirio de siempre, sin cambios había puesto tercera en las suelas; sabiendo a donde iba, me ausente del por donde .De golpe me parecía a mi misma una mariposa liberada de un frasco sin oxígeno, una hoja regada en la sequía, un trozo de témpano descubriendo que desarmarse ante lo tibio era todo pedal todo empujón toda carrera en estampida.

Entonces llegó él...disperso inocente gratuito penetrante y me dio el brillo....una mano de olfato para el alma ,una escena ,una novela , un escenario solo mío...ay bendito ese freno .Freno de aroma ¡Pasto recién cortado!



imagen: encuentros al desnudo,
recogiendo primaveras-annia alonso

lunes, 27 de junio de 2011

El árbol del fruto demolido









Desquiciado, pendía del cordón de su zapatilla. Ese equilibrio conseguido le producía carcajadas traslúcidas de su infancia. Demasiado tiempo muerto .La ciudad descuartiza entre tantas manos derechas e izquierdas tironeando .

NN pusieron en el libro de entradas donde la sirena se lo llevó.

Cuando alguien encuentre su nombre y la última ficha del rompecabezas de su historia , quedará en crudo, quiénes son los gusanos que carcomen los frutos humanos por las calles.

Indiscutiblemente la obligación será fumigar o admitirnos frutos demolidos o lo que es peor todos gusanos.



domingo, 12 de junio de 2011

asombros









Setenta y dos escalones la miraban desde abajo ,desde arriba. Del cuerpo eran sus amantes. De sus pies gozaban cada día cuanta queja o latido era su estrago .La despedida nocturna , la más esperada ,pasaban descalzos húmedos de ducha.

Aquella tarde no alcanzaron casi a verla , solo un tumulto de golpes descarados violentos sobre ellos y un seco estruendo al final.

Ella quedó agazapada en el hueco , nunca comprendió...(.la escalera había muerto por excesos de amor).

domingo, 5 de junio de 2011

Grillos











Prendió la radio, la escuchaba hacía tres años, puso un plato en la mesa para ella y el locutor .La cena fue algo pesada. Habló tanto él (encima le dijo:" 35 grados de temperatura"). Aburrida ,comió lo de ambos .Le pidió que al menos lavará los trastos , la publicidad lo tenía ocupado ,a cambio pasaba la música que más le gustaba. No era esa una relación adecuada, no había silencio entre ellos; pero nunca lograban un orgasmo a la par.
Decidió.
Lo dejó hablando solo, salió, cerró la puerta; tiró la llave y buscó una plaza...
A los grillos no había que darles de comer y sobre el pasto podría masturbarse con aire fresco.



imagen : "ashridge"-jane carr -06

domingo, 29 de mayo de 2011

despedida












La última silla del salón de baile y ella , que se decoró sentada desde que llegó. No se dio cuenta cuando las otras sillas se fueron. Vacío entre cada extremo , sin los rancios temas en el parlante ; la espera ya estaba sin nombre. Olvidó caminar donde paradójicamente había llegado un día por bailar...

Estaba desnuda (como siempre se mostraba) , cuando cayó en el contenedor junto a los escombros.



"la fonola"-pintura de roberto volta