Soy una espalda mojada, mojada de cruzar el río, cada vez que tu trote se escapa.
No, mi espalda no quiere huída, no busca un padrino "fakiu" que me resuelva la vida.
Mi espalda busca albahaca para tenerla en corona, en los tomates cortados, en aroma de mi almohada cuando caigo y hago cuentas.
¿Cuentas? Si, cada noche tengo la casa donde junto silencios y carcajadas con medianoche; ¿y sabés que cuentas me exijo? Las de poner 10 años de criatura, otros 10 en descubrimiento, 20 años de desastre, 1 año aplaudiendo escenas por cada hijo llegado .Y después ...sumo minutos, horas, tres días. Esos que explotan maíz, que llenan la copa , que encienden la leña , respiran galería .Y a la suma le pinto el sabor de alimento con mordidas en el vientre ,con vino de espinosas donde una mujer oscura sangra el color de tu bebida.
Ya vez, mi espalda trabaja de mochila, se humedece entre el río y los lirios amarillos de la costa; que vuelven solos como la suma de mis cuentas.