lunes, 24 de octubre de 2011

Rebelión












Continuamente el pueblo repetía nacimiento y muerte.

Ella era pálida-atrapante mujer de sus calles.

Ese día tomó aquel ángel protector de su infancia, se vistió de su último goce y negó entregarse.

Todavía le quedaba nacimiento para no repetir su muerte.




lunes, 17 de octubre de 2011

Inicio y posdata


" hasta la soledad de esa mujer, no se abre camino nadie..."

Laura Restrepo




En un cuerpo de seda, todo era más fácil. Sin arnés. El equilibrio era una mera rutina de alpinismo. Jamás la obligación de ser topo en subterráneos con carteles extranjeros y combinaciones ambiguas.

Ema sabía quién era, con sus dudas y deseos. Era abanico de su carne y pensamiento, inquieta en búsqueda y silencio; consciente y convencida de que entregaría su aire a brisas en nítido, sonora y crédula.

Ilusa Ema. Socavada Ema.

Abaniquera. Agitada deseada, deseante.

P.D:

El túnel fue corto, oscuro estrecho.

Su puntilla al borde del desnudo supo bambolearse, supo entregarse. Luego aprendió.

La mentira representa muy bien su personaje. Se traga el aura y en el medio del ir y venir, se abre en topetazo, te cruza la cara y te roba tu seda de abanico y la creencia.

Es apenas, ahora, un papel plegadito que se cuida de los fósforos.