sábado, 18 de mayo de 2013

Cuidar lo que queda











     


       La Plata, Pcia de Bs As, Argentina. 
       La muerte sobrevuela en tierra, lluvia de torrente, anegación. Malos tratos del clima o de los hombres que construyen. Saben los dos metros en las casas la verdad, nada es casual, ni suenan campanas. Los castigos (si no mintieran las siembras de miedo), deberían ser para los descuidadores y no para los que merecen ser cuidados. Aquí sí un pueblo sorprendido, ni mirarse puede la mujer en el arrastre, no suelta de la mano a su pequeña; ni humo blanco ,ni agua clara; sucia como la consciencia de los que ni siquiera la conocen y ni siquiera la ejercitan. Estaría bueno hacer justicia de una vez.
       La solidaridad después, nunca antes volcarse a entender carencias, causales, querer al otro siendo parte de un todo conmigo. Las disputas después, por muertes y cantidades, es que el número perdona o sanciona más la lágrima. Los jóvenes después, aprendiendo a acercarse, pensando que es otra forma de empezar, esperando no se olvide y no se vuelvan a encerrar los brazos compartidos.
       Si no se empieza por ver más acá de las palabras, de las tierras bajas, de los ríos naturales y desnaturales a beneficio de unos pocos, y las artimañas del negocio vende lujos que expele la pobreza a ciénagas ocultas, sin oír la verdad geológica ni los preanuncios que vecinos investigan y presentan en oficinas burócratas de archivo de expedientes. Cada vez serán más las anunciadas desoídas.
       Estaría bueno hacer justicia de una vez.
       Estaría bueno cuidar lo que queda.