martes, 30 de abril de 2013

Imposible posible










     

 Roma. Un hombre sortea multitud. Quizás sería muchedumbre, gentío, masa, aglomerado, turba; nunca pueblo; de eso está seguro. Sobrevuela, o cree flotar incertidumbre, en la certeza que logró y no vuelve. Estrategias. Nunca se sabe como terminan con la psiquis y lo humano contenido. Sería el humo blanco que lo desatinó. O quizás se sabe que hay dentro de las cuevas sólo cuando el crujido alrededor ensordece y la garra roza tu osamenta. Campanas. Sí, escucha. Jubilo sí, siente. Miedo se preguntó, no encontró la respuesta, tenía las dos. Si o no, sería admitir, no dimitir, no retroceder con la obediencia debida. Qué hace en esas calles, en las que no puede pasar inadvertido, y mientras tanto su vuelo parece entrar en la locura y su tesón des consuela en la cordura. Arreglaré todo con un perdón, muchos, o debería re fundarme y des fundar. Mostrar un colectivo humano igual, sin  prohibiciones y aún poder amar como cualquier vecino, verme con hijos y seguir mi fé y la nueva fundación. Hace frío, se ve bajar de esa cosmogonía en que había entrado, abrir los brazos y sus manos toman la foto inicial.

    Mientras una pareja argentina, llega por los placeres turísticos, lejos o tan cerca en fotos, de igualarlo o jugarse por la diversidad.