
Desquiciado, pendía del cordón de su zapatilla. Ese equilibrio conseguido le producía carcajadas traslúcidas de su infancia. Demasiado tiempo muerto .La ciudad descuartiza entre tantas manos derechas e izquierdas tironeando .
NN pusieron en el libro de entradas donde la sirena se lo llevó.
Cuando alguien encuentre su nombre y la última ficha del rompecabezas de su historia , quedará en crudo, quiénes son los gusanos que carcomen los frutos humanos por las calles.
Indiscutiblemente la obligación será fumigar o admitirnos frutos demolidos o lo que es peor todos gusanos.