
Animal de laberinto.
Eso podría ser don Gracián. Cada día el tren, le movía los cimientos de la vieja casa.
Por dónde salir del trágico bolsillo con las cuentas por pagar. La quinta del fondo florecía; pero las puertas que antes compraban
¿Y si fuera pájaro? Sus veteranos árboles y un clavel del aire lo llevaron a la salida, frente al aroma ancestral del laurel y del romero.
Entonces fue a la cocina, el lugar que Braulia, su compañera, veneraba sin laberintos; porque la ventana siempre era un sol con salidas
Vamos Braulia, abramos la mazmorra de los pájaros. Hoy me di cuenta que toda encerrona tiene posibles, si vibra por el tren es porque aún pasa y si lo oímos es porque estamos vivos y aún nos mueven el deseo de los cuerpos, el trabajo de las manos en la huerta y los ojos para pelearle un lugar al monedero y disfrutar el chispazo del canto de los pájaros como una gratis comedia, del laberinto de amores que es la tierra.
Atardece y caen dátiles maduros de la vieja palmera revolucionaria.
imagen : "las cosas se fueron detrás" de Don Eugene Seastrum