lunes, 15 de octubre de 2012

Aviso de inocencia











      Juancho rasca en la tierra. Le dijeron que hay que darle de comer a la Pachamama en agosto, está noche en el pueblo la festejan. Sabe que su madre siempre rasca la olla para que alcance insuficiente para todos. Pero su tenedor hoy tiene otro fin encontrar a la pachamama. Si, ella debe estar por acá, en los huecos de la tierra. Y para que la buscás chango, otros chicos preguntan; medio intrigados, medio burlones.
    
       Los mira sin dejar su trabajo tenedoreado, y con una seriedad de ancestros los deja mudos expectantes, respetando entonces, su imponente figura creciendo y esperando la respuesta: cuando la encuentre le voy a denunciar al capanga de la estancia, que anda corriendo a nuestra gente que se está reuniendo para reclamar; así mató a mi papá por encargo del patrón, nos quiere desalojar del monte y sacarnos nuestra forma de vivir libre y asalariados por los frutos que nos da esta tierra, por que ellos no pagan más que un grito, un látigo y las mentiras de darnos mínimas de almacén, pero plata nunca. Meta plantar, meta plantar y si tiene sus alambrados cuidando todo, porque quiere avanzar robando afueras de campesinos.
      Ella tiene que saber que arrasan todo, le están matando los hijos y todo lo que ella con amor nos puso sobre el terreno. Y el agua changos, el agua, que en octubre cuando florecen los lapachos nos avisa que viene pesca. Ahora el agua es poca y algo que mata debe tener, no vieron como se van muriendo nuestras verduras y animales.
   
      No me quiero morir sin seguir rascando, ella va a saber que hacer. Como mi mamá.
      Los amigos impetuosos, callados con sus manos comenzaron a rascar la tierra; encontrarían a la pachamama.
     


8 comentarios:

El moli dijo...

Muy bueno este relato, una denuncia hacia el poder que nos pisotea a diario. La vieja historia de La Forestal.
Un abrazo amiga.

Horacio Fioriello dijo...

Buscar y entender a Dios y su lenguaje tal vez sea la tarea más humana,comprender las injusticias y abusos de su creación una urticante cuestión que excede toda inocencia; place leerte Maby!

Fernando Rubio Pérez dijo...

Cómo me gusta leerte!
(Y eso que cada vez tengo menos oportunidad de hacerlo)
Si no conseguimos erradicar las injusticias del mundo, al menos estamos obligados a seguir denunciándolas.
Felicidades, Mabel.
Cariños!

Juan Carlos dijo...

Conmovedor relato, de aquel que busca a la Pachamama para pedir justicia por los atropellos y vejaciones que su pueblo está sufriendo. Campesino como muchos, condenados a trabajar como bestias de carga mientras se enriquecen los que no trabajan.
Es así, como germinan las rebeliones, cuando el hombre cansado de buscar quien escuche sus reclamos (ni jueces, ni dioses) pierde el temor por su abusador y levanta la voz, aún a costa de su propia vida.
¡Saludos!

mabel casas dijo...

moli tal cual, la vieja historia, de muchas tierras vecinas y de otras cruzando mar...
gracias por venir
cariños

mabel casas dijo...

horacio
claramente una urticante cuestión como dec´s!
injusticia humana y divina?
controvercias dela fé y de la razón?
intereses de unos pocos sobre los pueblos...
gracias por decir, besos

mabel casas dijo...

fernando

es así, siento la obligación de seguir denunciándolas como muchos de nosotros, creo que ahí está el secreto, de sumar y decir
gracias por tu apreciación y aunque sea de tanto entanto volver por aquí
cariños

mabel casas dijo...

juan carlos

coincidimos, por eso no hay que callar
los abusos provocan reacciones que luego las sufren las mismamas victimas
mucho genocidio del mundo lo prueba
contra eso la piedra en el grito...
gracias por leer
cariños