lunes, 7 de octubre de 2019

Cambio de tema





    En este mundo inverosímil en que nadamos contracorriente como podemos, es de noche ya en el conurbano bonaerense, acaban de tocar mi timbre, miro por la ventana, dos cuerpos en la penumbra, una voz masculina pide algo para comer, dice me arrodillo y lo hace, alterado en sus movimientos.
   La noche, las secuencias que suceden a diario, la pobreza, mi ingreso escaso, digo discúlpame no tengo nada, con dolor; si fuera de día me digo. Se va, y yo sigo diciéndome discúlpame discúlpame…y esa duda me duele, ¿Era verdad? ¿Soy cobarde? ¿Un pan podría haber dado? me duele mi tierra llena de vacíos como aquellas mujeres que paren por un mango miserable y quedan con los brazos vacios, no debemos romantizar situaciones; pero dramatizar la verdad potente nos deshilacha la vida y sabemos que tenemos que luchar como las plantas en esta primavera que está empezando.
  Florezcamos contra todo lo nos violenta económicamente y nos encaja en tantas consecuencias que no elegimos.

 


mabel casas  

1 comentario:

Paco Achaval dijo...

(Sentir que se está en el medio de la mar sin voces.) Un feo presagio del final, en total anonimato!. Mis respetos Señora Mabel; añorando esos abrazos virtuales en ida y vuelta.