sábado, 5 de diciembre de 2009

Nodrizas











Qué es la sangría. Repetía pálido en medio de la calle. Detrás dejaba el espejo, la casa, esa ciudad invadida, rotada de geografía, densa de gente desconocida.

En el irse alejando, dejaba un camino abierto de personajes que los enjuiciaban vagabundo en vino.

De tumbos a un andar sereno, fue entrando en la noche y en la intemperie de espacios abiertos. Dónde vas Juan sin saber qué es la sangría; es que ya no me aceleran las respuestas me construyo en las preguntas.


A ella, le decían la niña mala, renegada no era; si, rebelde de las piedras que siempre le llovieron. A qué quedarse en un lugar, a qué encariñarse con los cuerpos y los roces. Si después, un centro de mentiras la empapaba y en el contexto se alejaban de ella por sus planteos, sus deducciones de la vida posesa enterrada por mandatos de una sociedad que le ponía el pié en su hormiguero. María despertó entre su cielo abierto preferido, amaneciendo, los molinos pegaditos se veían de un rosa viejo pero brillante. La tierra roja, nodriza, amamantadora y donante de un verde que iba creciendo desesperadamente en tono, buscando al elegido.

Ah… guacha niña mala, se dijo, nada mueve al sol, nada lo frena, es como vos; sos como esos molinos y la greda, te levantas astro. Floreces desde ese cielo decidiendo el día. Se acostó boca arriba, le hizo frente con los ojos de dueña defensora de tierra. Él, Juan que arribaba sin rumbo, se sorprendió del cuadro surrealista que le abría los ojos al día.

Se acostó con la espalda sobre el suelo, ella pensó se muere; él pensó vivo. Sin moverse le murmuró: tu tierra no será tomada.


María pinchó su dedo, propuso, hagamos una sangría de existencia; no te mueras todavía. Juan pincho también su dedo y lo pego al de ella. Tenés que conocer los bichos de la noche y las luces de conquista libre de mis luciérnagas. Quedate en el techo libre que elijas, sobra para mi.

Y se alejó entre los molinos, brutalmente austera y feliz.




imágen: " Tallos y cálices ardientes" de Maggie de Koenigsber ( muestra de Magalatina)


2 comentarios:

Horacio Fioriello dijo...

... y los grillos nocturnos y tambien cantores sin fines de lucro, ( que comen los Grillos?), ella, se alejo brutalmente...y deja abierta esa puerta tan intensa como el rodar de las aspas de molinos, circulares tambien como la vida y el desamor. Trae tu cuento , este dia, esta noche quizas,el resplandor que tiene un campo sembrado de estrellas.

Besoscirculares

mabel casas dijo...

gracias horacio por hacerle posta a la poesía...
besos