lunes, 5 de noviembre de 2007

Contra el muro



Detrás, detrás, detrás; caballo y galope atacado; delante, lante, lante en los ojos de Inot. Un flash, dos flashes, tres y más y más…, cada árbol un bosque se juntaba en su propia estampida. Se decía en esa especie de vértigo delirio: sos Inot, veloz, saltar, saltar, muros, saltar… (todo era un rugido latir del galope)
Si alguien chocara al paisaje, igual no podría con él, solo se veía la línea de una carbonilla negra casi volando detrás, casi empellando delante; que zigzagueaba y se descorría como una mina de carbón abierta por el vientre.
Inot llevaba la búsqueda, el evite de pérdida adentro, la consigna de ser de acero, resorte que pueda; mientras la voz…la voz…picaba en aliento su martillo de oído…más Inot…más Inot

Allá el muro, oscuro humedecido intenso; espada hacia arriba, montaña de ancho. Sin siquiera plantearse ser traspasado, se transcurre en poder de infranqueable, se deja seguro.
Después la cueva, la reja, el tiempo de aura de aparición en hembra; morada cerrada por odio de celo. Allí Surindia solo permanece, sabe que se brilla en luz que se muere encierro. Flamea y refleja cintura cadera pechos gacela, con olor a cruda. Sobrevive. Gracias a la voz que le susurra entre un rayo de armonías que salen de sus manos. Porque Surindia es maga puede sonar chinchines en su boca, hacerse vestido con los pétalos, perfumar su cabello con los ojos, pintar la cueva con sus piernas…saldrás Surindia…sólo espera

Dos voces se pararon sobre el muro, lo acusaron en hueco de sus timbres…sos de lluvia…fundite cause
En el preciso instante que caballo e Inot emprendían el salto homicida de estrellarse; sólo lluvia abrió paso al decidido; sólo lluvia movió barro desvirgando los barrotes, sólo lluvia mojó el cuerpo de Surindia.
Se puede, podemos, con los muros.
Sólo lluvia vio el abrazo del jadeante y la señora de la calma, bajo el cielo de esa noche con dos voces.



4 comentarios:

Horacio Fioriello dijo...

Mitico, surrealista, pretende ser tan lineal como un surco abierto en el carbon y dibuja con su trazo carbonilla un tiempo que arrecia contra si mismo en su galope. Tiene la cadencia de las cosas contadas con jadéo, con verborrajica calma de galope que acompasa el paso al mas alla, y reencarna letras para siempre.
otro groso cuento de su pluma inefable Sra Casas

Anónimo dijo...

no es un cuento, es poesía pura.

mabel casas dijo...

altamira juande

uffffffffff
me deja a galope tu comentario,es como una prosecusión del cuento!!
bello! como lo describís,enlaza mi sensación y transe de búsqueda cuando lo escribi,eso perseguía darle
el galope y calma a la vez...no inquietar,me decís cadencia y me alegra..
gracias no me generosee tanto eh? como me decía usted!

unbesoalgalopegalopedeteclasque
quierenvolar

mabel casas dijo...

colombina
gracais por tu sensibilidad
transamos en prosa poética?
jajaj asñi no nos peleamos tapial por medio..
besotes hermanaamiga