sábado, 22 de diciembre de 2007

Perfumes invisibles




Antes, antes de ese amanecer; ella lo sabía o lo creía, o ambas cosas.
Él era el mito, la caja de música constante

Cuando lo conoció pasaron horas de lluvia y manos profundas, paraguas comprado y frases seguras. Tanto.

Él no usaba perfume, desnudo descubría un aire fresco debajo de sus brazos.


Intrascendentes y circunstanciales las galerías Pacífico, ponían una luna llena plástica y consumista; al explayado balcón. Así era el primer encuentro artificial y natural. Mundanal de shoping y de pasos de show. Parecían Bonnie and Clyde de tiempo flamante, en un Buenos Aires indiferente. Sólo cuando él acercaba susurros a las gotas de esencia en su nuca, un oasis ocupaba lo urbano en punto y aparte.

Huían siempre huían de sus algos, sentidos o inventados; pero no era cuestión de darse cuenta. El engaño era no dejar pasar la gemelidad de las palabras. Y hubo trechos sin perfumes que giraban mejor que cualquier voz y gemelaban de verdad.

Cobró espacio transcurrido, un sin verse. Los perfumes desvanecen o quimeran, o se tornan dueños de las cosas en otros ornamentos. Asombros cobran cuentas, revelan que una evocación no perdura igual, en el ser bálsamo de las personas.

Después de aquellos amaneceres, en la única vez que se hallaron de nuevo, ella cerraba el mito; percibiendo el piso real. Él no sería quién volviera al perfume de su nuca.
Ahí fue donde comprendió una frase anónima que alguien le diera como disparador:
"A veces el tiempo tiene perfecciones y miserias hasta en los más ínfimos actos de su transcurrir."

4 comentarios:

Unknown dijo...

donde vamos a guardar tantas miserias?

mabel casas dijo...

otra vez a viajar...
te respondo:
junto a las perfecciones
una de cal y otra de arena ...como en toda la vida y en todos los órdenes
lo valioso
no perder el sabor de vivido
y edificar defensa
o sea saber que no todo es el famoso color de rosa...y que cada uno tenemos la posibilidad de cambiar y no ser los mismos...entonces nada es para siemprey eso el tiempo justamente lo muestra...yno se hace más duro...aprende a concretar más cuando es posible y soñar menos
cariños

Anónimo dijo...

Nosotros, sólo algunas veces elegimos nuestro destino. Culpables a veces de nuestras miserias. El olvido, ah... ese es otro cantar.
Me encantó pasar por tu rincón. Besos.

mabel casas dijo...

letras olvidadas

tenés razón
pero el olvido es necesario cuando el objeto desaparece
ya ves un perfume pueda atestigarlo