sábado, 15 de marzo de 2008

La fonda está cerrada, váyase!



Y se quedó, en la negra sombra del costado. Pura calle de tierra en la penumbra, metiéndose en las alpargatas ajadas.
Esa noche era para un trago, algo que de uva oscura le pusiera paisaje a las tripas.

Es que un hombre de llanura, necesitaba el cardo, el aire de los álamos y el gestual chistido en la lechuza.

Él se creía, que lo urbano era destino; que había ruidos alumbrados, faenas con sensatez y un obelisco. Si, él se creía, que allí estaba el tiempo que de campo había perdido; conocer los huracanes de autopista y una mujer que le floreara los días en su ascenso. Pero no. Encontró piedras cementadas en corridas, pobreza apurada e injusticias de bolsillo abultado. Parecía que nadie convivía mirada extendida.

Hacía 10 minutos bajaba en la estación del pueblo, puso un pié en el andén, y encontró aplausos en el aroma del hinojo bordeando los rieles. Un coro ancestral poniéndole polvo y yuyo para recibirlo alfombrado.

Si, necesitaba el trago, no por angustia; por inminente: agasajar regreso.

Le llegó unos pasos de colonia fresca, y escuchó: Antonio volviste! acompañamos unos mates?...Era Emilia, terminaba de vender sus dulces y volvía a la chacra: Aquella; a quién escribiera versos un día, viéndola en el trajín de sacarle monedas al peral. Por fin el trago, de nuevo el campo, un mate, la siembra. Y en Emilia, su destino.




en homenaje a mis abuelos

foto :daniel muchiut-http://www.fototallerchivilcoy.com.ar

4 comentarios:

Rodolfo N dijo...

Que nostálgico retrato de una época bella y augural.
Encantador homenaje.
Cariños

Anónimo dijo...

Perfecto y qué lindo haber conocido a Don Antonio...

mabel casas dijo...

rodolfo

gracias
si una bella época donde los humanos aún cuidaban la tierra y el amor

cariños

mabel casas dijo...

colombina

solo tiene este cuento una reminiscecia de hechos pequeñitos puntuales de mis abuelos, que marcaronmucho de lo que fueimos los que los sucedimos, lo demás es la magia del cuento
gracias