domingo, 30 de mayo de 2010

2010 Mayo 25









Buenos Aires, tango, y el movimiento por la calle. Bandoneones tocando sobre el techo de los taxis, negros y amarillos, son un semáforo en otras dimensiones en coincidencias de colores poca; pero un parate a mirar, ni prohibido ni suburbio, raíces, de la calle en la calle, parte de pueblo y laburo, parte de ruedas que algún lado llevan. Esta vez en negro y amarillo, esta vez en plano libre. Entreverando el loco de la balada de Piazzola y los pasos eternos de Discépolo, con los tacos en la danza y los dedos de un Salgán con la voz de Goyeneche.

Y la historia real pasando a los ojos y haciéndose memoria carne. Con un coro gigante y presente, llevando ausentes y futuros en la boca.

Un pasaje diagonal, un paisaje de bicentenario federal, un lazo latinoamericano, un sello de pueblo que no puede seguirse llamándolo “gente”.

El semáforo marca abierto nuestro paso.

Atención.

Ver detrás de los amarillos y no dejar que nos sorprenda el color del peligro.

Nunca más.


2 comentarios:

Luis dijo...

Ojalá estos doscientos años nos hagan realmente comenzar a dimensionar y a aprender de nuestro pasado.
Un abrazo.

mabel casas dijo...

Luis

Ojala Luis
es una deuda
cariños